La finalidad de un gráfico es transmitir de la manera más inmediata una lectura e interpretación de un conjunto de datos. Pero si el gráfico es manipulado, con o sin intención, el usuario que lo visualiza podría quedarse con una percepción errónea de lo que esta tratando de analizar.
La manipulación de un gráfico puede producirse por varías vías, pero lo más usual es cuando se utiliza una escala de los ejes no acorde con los datos a representar o cuando se le da al gráfico unas dimensiones desproporcionadas horizontal y verticalmente.
Por ejemplo, si tenemos los siguientes datos:
Utilizando Xcelsius (SAP BusinessObjects Dashboards) realizamos un gráfico de líneas, obtendríamos el siguiente resultado:
Ajustando la escala del eje Y coherentemete con los datos representados:
Obtendríamos la siguiente imagen:
Disminución de la tendencia
Si alteramos la escala del eje Y, conseguimos atenuar la tendencia de los datos:
Del mismo modo, si aumentamos desproporcionalmente, sólo el tamaño horizontal del gráfico, visualmente disminuimos el impacto de la tendencia:
Si combinamos las dos «técnicas» anteriores, la disminución de la tendencia es aun más notorio:
Aumento de la tendencia
Si agregamos más valores a la escala del eje X, obtenemos una mayor pronunciación de la tendencia:
Si aumentamos sólo el tamaño vertical del gráfico, conseguimos una impresión visual de una tendencia muy pronunciada.
Combinando las dos «técnicas» anteriores tenemos un gráfico con una tendencia exageradamente pronunciada.