Los indicadores son instrumentos de medición que si son bien definidos y adecuadamente actualizados, pueden comunicar la situación de los aspectos clave de una organización o de otros aspectos necesarios para la correcta evolución de la empresa. Un indicador debe ser un motivador o impulsor en la toma de decisiones, para lograr esta “magia”, un indicador debe cumplir las siguientes características:
- Relevante. Debe informar sobre lo importante o clave.
- Permanente. Debe ser perdurable en el tiempo, válida para el ejercicio analizado y subsiguientes.
- Objetividad. Debe tener un mecanismo claro de obtención o cálculo, el cual podría ser contratado.
- Inequívoco. La interpretación ha de ser única, dejando al margen la posibilidad de diferentes lecturas.
- Sensible. Debe brindar la información suficiente para medir variaciones.
- Preciso. Margen de error debe ser poco significativo.
- Accesible. Los esfuerzos o costes para la obtención de los valores de los indicadores debe ser aceptable.
- Comparable. Debe facilitar la comparación ya sea con los presupuestos, previsiones, objetivos, competencia o datos históricos.