Las representaciones gráficas que en ocasiones utilizamos, tales como los gráficos de columnas o el de líneas, se remontan al siglo dieciocho y no es hasta mediados del siglo pasado que estos se perfeccionan a través de la formalización de técnicas que se aplican a las actuales herramientas informáticas que se utilizan para crearlos.
Es innegable la importancia de transformar los datos en representaciones gráficas o visualizaciones, la alternativa más inmediata y fácil para comunicar y comprender los grandes volúmenes de información que nos pueden llegar a rodear. A partir de esta necesidad, han surgido una amplia gama de soluciones con posibilidades gráficas de dudosa utilidad para el análisis, pero de innegable impacto visual.
Una representación gráfica o visualización, que para comprenderla requiere una compleja explicación, va en contra los principios básicos de esta disciplina: claridad e inmediatez. Para saber si un gráfico será útil, plantéese las siguientes cuestiones:
- ¿Claramente indica la naturaleza de la relación de los valores representados?
- ¿Representa las cantidades con exactitud?
- ¿Facilita comparar las cantidades?
- ¿Es más fácil ver el orden o clasificación de los valores?
- ¿Resulta evidente cómo se debe utilizar la información?
Referencia: Interaction Design Foundation