Se trata de un nuevo producto, tanto para el usuario como para el implementador, hay nuevos términos, conceptos y formas de hacer las cosas, no hay más alternativa, el producto ya ha sido elegido, no cabe la marcha atrás y decir que el producto es malo, simplemente porque ante todo se desconoce, no ayuda.
Para un producto que aún tiene la etiqueta de “reciente innovación”, utilizar la misma metodología de implementación que se adoptaría si existiera más experiencia en el tipo proyecto y producto, ¿es lo más adecuado?
Utilizando como referencia un libro que comentamos meses atrás, mencionamos los aspectos más relevantes que hacen posible la eXtreme Programming (XP o programación extrema), aspectos que podrían ser tomados en consideración para facilitar la implementación de productos nuevos, cuyo funcionamiento es todo un “misterio”:
- XP elimina la definición exhaustiva de requisitos, diseño y arquitectura, restringida en un espacio o período de tiempo concreto. No propone eliminar estas tareas, sino distribuirlas en toda la duración del proyecto.
- Por ejemplo, cada semana se podría realizar un ciclo completo o iteración en la que se aborda algo de cada una de las fases tradicionales de un típico proyecto. Esto es posible abordando, según su importancia, las “historias de usuario” (requisitos o especificaciones del usuario sobre las tareas que realiza).
- Cada semana se abordaría una “historia”, realizando en este período una planificación, análisis, diseño, desarrollo, pruebas y despliegue. Al finalizar la semana, se podría mostrar al usuario el resultado para obtener sus opiniones.
- Es fundamental la identificación de usuarios clave con el conocimiento claro sobre las “historias” a implementar.
- Al inicio del proyecto, las historias de usuario deben ser organizadas para su implementación, desde el punto de vista de prioridad del negocio y exigencia técnica.
- La comunicación con los usuarios debe ser clara y fluida.