A menudo mencionamos estos términos, especialmente hacemos referencia al de “aplicaciones nativas” en el relativamente nuevo mundo de aplicaciones para dispositivos móviles. Una breve definición sobre los posibles tipos de aplicaciones que se pueden desarrollar en los denominados dispositivos móviles inteligentes encontramos en el documento de referencia:
Aplicaciones nativas. Las aplicaciones nativas residen en el dispositivo y se instalan a través de una tienda de aplicaciones (Google Play o Apple App Store). Son programas desarrollados específicamente para una plataforma y sus interfaces siguen los estándares y normas de dicha plataforma. Los usuarios acceden a estas aplicaciones a través de los iconos que se encuentran en la pantalla de inicio del dispositivo.
Aplicaciones Web. Se ejecutan desde un navegador. La primera vez que se accede a estas aplicaciones se utiliza una página Web: el usuario navega a una URL y tiene opción de “instalar” dicha página en la pantalla inicio del dispositivo, creando un acceso directo. Las aplicaciones Web pueden llegar el mismo aspecto que las aplicaciones nativas, difieren en la capacidad que tienen las aplicaciones nativas para acceder a las características propias del dispositivo, tales como el acceso a la cámara, teléfono o GPS.
Aplicaciones híbridas. Se trata de aplicaciones nativas que utilizan el navegador. Utilizan el mismo procedimiento de instalación que las aplicaciones nativas (a través de una tienda de aplicaciones), pero gran parte de estas aplicaciones de diseña utilizando páginas web. Se utilizan este tipo de aplicaciones como contenedores de aplicaciones web existentes, es una manera económica y rápida de lograr presencia en las tiendas de aplicaciones.
Referencia: ISBN 978-84-415-3338-7 y recomendable el siguiente enlace: Aplicaciones web vs. aplicaciones nativas vs. aplicaciones híbridas