Ya no es necesario plantearse esta pregunta, es lo que resaltaba Vicenç Martí Chief Marketing Officer de Vueling en una reciente exposición. Efectivamente, ya no es una decisión de las empresas, estar o no estar en Internet, es una decisión que ya ha sido tomada o apunto de serlo; por parte de los clientes, trabajadores, extrabajadores, en fin, cualquiera de los denominados “stakeholder” puede tener la “iniciativa” de poner o reforzar la presencia de una empresa en la Web 2.0.
Negar la existencia de este poderoso medio, no evitará disipar la repercusión que puede causar, negativa o positiva (porque los stakeholders felices y satisfechos también se expresan).
Las siguientes cuestiones
¿Qué comunicar? y ¿Cómo hacerlo? Son las preguntas que nos deberíamos plantear y que podrían responderse con una palabra: Coherencia. Considero que la empresa debe mantener una relación de lo que hace en el contexto online con el denominado offline. Adoptar un estilo excesivamente juvenil, cuando nunca lo ha hecho, puede resultar tan poco creíble y grotesco como aquella publicidad de una compañía de seguros que estamos viendo estos días en la TV.
El contenido, la forma y los mecanismos a utilizar, deberían guardar una relación con los objetivos, valores y cultura que definen y persigue la empresa. Una disposición a la apertura, dialogo, feedback y sobre todo, buenas dosis de asertividad, ayudará en esta andadura.